En San Miguel de Allende, una de las ciudades preferidas del centro del país por sus tranquilas calles y colorido folclore, sobrevive una tradición desde la época virreinal cuando se había trazado la conocida ruta de la plata que atravesaba el bajío.
Generalmente cuando se piensa en las tradiciones que caracterizan a un determinado grupo o comunidad, se tiene la idea de que son tesoros que permanecen intactos a lo largo del tiempo como si estuvieran fabricados por un material sólido que les impide ser modificados.
Sin embargo las costumbres, tradiciones y rituales, generalmente están construidos de materiales mucho más nobles como son los recuerdos y las palabras, esto quiere decir que son memorias vivas que habitan y existen gracias a quienes las cuentan de nuevo.
Cada vez que se revive una tradición de cierta forma se reescribe y es así como se transforman sobre el tiempo.
En la comunidad de El chorro, denominada de esa manera ya que era un sitio lleno de agua, florecía una comunidad de hortelanos quienes dedicaban días de fiesta a su patrono San Pascual Bailón, al cual llevaban ofrendas y realizaban un baile con toritos. Es en medio de ese contexto festivo que surge el personaje de El Loco.
El Loco era un personaje que alejaba a los curiosos de la danza de los hortelanos, como su intención o trabajo era asustar a los mirones, la indumentaria tenía que implicar un disfraz inquietante que pudiera espantar.
En cuanto comenzaba la fiesta salían los disfrazados por las calles y se escuchaba a los niños y la gente gritar: “Ahí viene el loco, el loco, ahí viene el loco” por lo que el nombre se quedó.
Hoy en día la Fiesta de los Locos es una tradición aparte, donde participan personas de todos los barrios que circundan la ciudad, cuenta con carros alegóricos y es un desfile que dura alrededor de cuatro horas.
Los disfraces van más allá de los límites imaginarios de cada loco, muchos de ellos los preparan con tiempo de anticipación. Entre los comunes hay personajes de la vida popular del país y del mundo, payasos, brujas, incluso hortelanos, geishas, duendes, mexicanos cabezones, monstruos con hachas, extraños generales, enmascarados desafiando los límites entre lo femenino y lo masculino, entre la tradición que nos han dicho que nunca cambia y la modernidad que todo absorbe.
No hay un mito más falso que pensar en la historia de los pueblos como una roca dura e inmóvil, en la Fiesta de los Locos de San Miguel nos lo demuestran con su danza vibrante que transporta por sobre el tiempo una tradición menor en un verdadero carnaval, que seguramente seguirá transformándose conforme pasen los años, conforme el recuerdo se vaya modificando junto con las épocas y las generaciones.
Mientras eso ocurre, se puede ir a disfrutar del desfile una semana después de las fiestas de San Antonio de Padua, que se llevan a cabo el día 13 de junio en la majestuosa ciudad de San Miguel de Allende.
Te dejamos con algunas imágenes de los mejores disfraces que asistieron a la Fiesta de los Locos este año:
Fotos por Luis García.
