En el corazón de la Sierra Gorda de Querétaro, frontera natural entre los municipios de Cadereyta y San Joaquín, yace un tesoro geológico recién redescubierto: la Cueva del Agua.
Este majestuoso santuario natural se distingue por albergar estalactitas y estalagmitas de dimensiones titánicas, algunas de las cuales alcanzan alturas superiores a los 25 metros.
Compuesta por dos salones que se extienden por aproximadamente 100 metros, la cueva ofrece una iluminación casi celestial, gracias a un tragaluz natural situado en la cúspide de su bóveda.
Este fenómeno permite que la luz del día ilumine casi por completo el intrincado laberinto de rocas y minerales, regalando a los visitantes una experiencia casi mística.
Para alcanzar la entrada de este refugio subterráneo, los aventureros deben internarse a través de un frondoso bosque, un viaje que promete ser tan emocionante como el destino mismo.
Pero el trayecto vale cada paso, ya que al llegar, los visitantes son recibidos por el espectáculo natural de las formaciones rocosas, que cuentan historias de milenios a través de sus complejas estructuras.
El reciente trabajo de exploración llevado a cabo por la Sociedad Mexicana de Exploraciones Subterráneas junto con la Asociación de Espeleólogos de Querétaro ha arrojado datos sorprendentes sobre la cueva.
Las mediciones indican que la cueva tiene una longitud de al menos 2 kilómetros, lo que la posiciona como una de las más largas en toda la entidad.
Uno de los detalles más fascinantes de la Cueva del Agua es su nombre, derivado de las misteriosas pozas de agua que brotan en su interior, dotando al lugar de una magia única y un ecosistema rico en biodiversidad.
En una época donde los descubrimientos naturales son cada vez menos frecuentes, la revelación de los secretos de la Cueva del Agua abre una nueva página en el libro de las maravillas naturales de Querétaro, y promete convertirse en un punto de interés tanto para los entusiastas de la espeleología como para el público general ansioso de descubrir los secretos que la naturaleza queretana tiene para ofrecer. FOTO.
